1. Prepara la masa: combina 2 huevos en un tazón.
Añade a los huevos 2 cucharadas de azúcar, una pizca de sal y una porción generosa de extracto de vainilla.
Añade 250 ml de kéfir y mezcla hasta que el agua se disuelva completamente.
Ahora, agrega 1 cucharada de bicarbonato de sodio a la mezcla y revuelve bien.
2. Combine la sémola con la receta: incorpore gradualmente 250 g de sémola a la masa.
Entonces, añade la solicitud a la mezcla y mezcla hasta que esté bien combinado.
La masa resultante debe tener una consistencia suave.
3. Prepara el plato: Deja el corazón de las manzanas (o la fruta que prefieras) y córtalas en cubitos pequeños.
En una pieza aparte, derrita un poco de mantequilla y combine las manzanas cortadas en cubitos.
Mantén las manzanas y las cocínalas calientes durante 3 o 4 minutos hasta que se ablanden y caramelicen ligeramente.
4. Congelar los moldes: Transferir la masa a una bandeja para hornear o una bolsa de plástico para envolverla con una cortadora corta.
Calentamos a fuego medio y engrasamos ligeramente.
Exprime pequeñas porciones de la masa sobre la sartén para formar pequeños pastelitos.
Añade una cucharada de manzana preparada en cada sartén.
Finalmente, cubre las manzanas con otra capa de masa.
5. Cocinar hasta que esté dorado: Dejar las sartenes del otro lado hasta que se doren y tengan una textura crujiente.
Asegure la vista con control para que se cocine de manera uniforme.